jueves, 4 de septiembre de 2014

LA LAGUNA DE GUATAVITA Y LA LEYENDA DEL DORADO

En días pasados visitamos el Parque Natural Laguna del Cacique Guatavita donde se encuentra la laguna del mismo nombre. Esta laguna fue una de las lagunas sagradas de los  Muiscas  puesto que allí se realizaba el ritual de investidura del nuevo del Cacique, que según  la tradición iba en una balsa de juncos ricamente adornada; tenía el cuerpo cubierto íntegramente con oro en polvo; a sus pies ponían un gran montón de oro y esmeraldas para que ofreciera a los dioses y braseros encendidos para quemar una especie de incienso llamado muque; el nuevo dignatario iba acompañado por cuatro caciques y cuando la balsa llegaba al centro de la laguna, el pueblo que se encontraba en las orillas arrojaba objetos de oro y piedras preciosas a las aguas.
 
 
Ilustración de Theodore de Bry de 1599. El cacique era impregnado con resinas,tras lo cual se le cubría con oro en polvo
 
La laguna es de una circularidad casi perfecta asemejándose a un cráter volcánico, aunque se ha descartado esta teoría al no haber sido encontrado material alguno propio de los volcanes. Tiene un diámetro de 400 metros y las laderas que la circundan con inclinaciones superiores a 32 grados se elevan por encima del espejo del agua, que se encuentra a una  altitud de 2.990 metros.  La profundidad del agua es de unos 17 metros.
 

Los españoles sabiendo que Guatavita era la laguna sagrada de los muiscas y habiendo escuchado del antiguo ritual de coronación de los zipas, los intentos por drenar el legendario lago para obtener el oro arrojado al mismo,  no se hicieron esperar. Hernán Pérez de Quesada, hermano de Gonzalo, el fundador de Bogotá,   fue el primero en intentarlo  logrando recuperar entre 3000 y 4000 pequeñas piezas de los márgenes del lago. Aprovechando una sequía producida en 1540 decidió intentar vaciar el lago utilizando indígenas locales que con cantaras retiraban el agua. En tres meses consiguieron descender en tres metros el nivel del lago, desistiendo de continuar ante la imposibilidad de llegar al centro, que es donde se suponía se acumulaban los tesoros.
 

Casi medio siglo más tarde lo intenta Antonio de Sepúlveda que empleando ocho mil trabajadores indígenas intenta vaciar el lago, mediante la apertura de una brecha en una de las paredes laterales, brecha que es hoy perceptible y que modifica el paisaje original del lago.
 
 
Brecha abierta por Antonio Sepúlveda en el siglo XVI, para desaguar la laguna
 
La iniciativa del Antonio Sepúlveda, quien al parecer  contaba con el apoyo de Felipe II, para el cobro del quinto real logró rescatar un buen número de piezas de oro y de esmeraldas, pero nada que ver con lo que esperaban.  Tras el colapso de la brecha abandonaron el intento.
 
Posteriormente, ya en el periodo republicano, los intentos fueron del colombiano   José Ignacio Paris, un amigo de Bolívar, que formó una compañía para drenar el lago intentando nuevamente realizar una brecha, fracasando en la iniciativa debido  a las pobres técnicas de excavación empleadas.
 
El  penúltimo intento lo  realizó la Compañía para la Explotación de la Laguna de Guatavita,  formada en 1898. Era una organización inglesa que se hizo con los derechos de excavación de la compañía Contractors Ltd. de Londres, con el objetivo de construir un túnel que llegaría hasta el centro de la laguna. Mediante compuertas regulaban  la salida del agua para capturar cualquier objeto de oro y esmeraldas que pudiesen encontrase en la laguna.
 
La  laguna fue  vaciada  completamente en 1912, pero el tesoro era inaccesible debido al lodo y el fango que cubría el lecho de la misma  y que hacía imposible introducirse en su interior. Los intentos de esperar que el lodo se secase por la acción directa del sol, produjo un suelo muy duro imposible de trabajar. Los objetos encontrados no cubrieron los gastos para recuperar la inversión hecha y la compañía pronto cayó en la bancarrota, para desaparecer en 1929.
 
El túnel fue cerrado por el fango seco y el lago recuperó su nivel de agua natural. Después de este último intento serio, otras personas intentaron hacerse con el tesoro de Guatavita, empleando los más diversos medios. Sin embargo, los daños causados al ecosistema del lago fueron frenados por el Gobierno Colombiano que, en 1965, decide declararla Patrimonio Histórico y Cultural, dando fin a nuevos intentos.
 
Al fondo la laguna en su estado actual
 
Con esta acertada decisión se dieron  por finalizados las aventuras para recuperar los tesoros de la laguna, sin embargo, entre los colombianos no ha cedido un ápice la fascinación que sienten sobre la mítica laguna y su vinculación con la leyenda de El Dorado.
 
  
 
 
 

 
 






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